¿La escuela es segura?

La seguridad escolar se ha convertido en un asunto de principal importancia para educadores, estudiantes y ciudadanos; la que se hace necesaria a partir del incremento en el indice de delitos perpetrados en los colegios. A pesar de estudios recientemente publicados que muestran disminuciones significativas en los tipos claves de violencia escolar.


¿Como pueden los colegios evaluar sus necesidades en seguridad?


Evaluaciones periódicas, rutinarias de seguridad pueden proveer una revisión objetiva "sin la actitud 'negativa' que se presenta a menudo ante incidentes serios y la reacción de histeria que típicamente sigue después de la crisis". Las listas de evaluación son herramientas que facilitan la comprensión del problema. Se debe crear una lista de evaluación que cubra áreas que van desde la seguridad física y procedimientos de seguridad hasta la preparación para emergencias. Se sugiere el involucramiento de padres, estudiantes, autoridades encargadas en el cumplimiento de la ley y representantes de la comunidad, como así mismo el personal de los colegios para la creación o adaptación de encuestas basadas en listas especificas de evaluación para la zona escolar y para cada uno de sus edificios. Se recomienda una revisión anual de todos los aspectos del plan de seguridad de los colegios.


Una evaluación de seguridad por un consultor independiente presenta varias ventajas. Un especialista independiente provee tanto objetividad y credibilidad como pericia, y puede dar validación profesional a las medidas existentes de seguridad y también recomendar mejoras. La búsqueda de una opinión externa demuestra la capacidad de apertura de la comunidad y la disposición en relación con la seguridad, y también podría reducir la responsabilidad del colegio ante situaciones como estas. Es importante checar las credenciales y referencias de los posibles consultores y asegurarse que no estén asociados con ningún proveedor particular de productos de seguridad.


¿Como pueden hacerse mas seguras las escuelas?


Recientes tragedias que han involucrado bombas y armas de fuego han urgido a muchos centros escolares en USA y en el mundo a considerar la implementación de mecanismos de tecnología avanzada en vez de los sistemas tradicionales de alarmas y cerraduras.


Los detectores de metal son una opción polémica y costosa. Su utilidad potencial para un colegio especifico depende de muchos factores, incluyendo la seriedad de los problemas con armas, la disponibilidad de recursos para personal y entrenamiento, el diseño físico de los edificios y los posibles efectos negativos en la atmósfera de los colegios.


Los detectores portátiles no son tan costosos e impertinentes como los modelos tipo puerta y su potabilidad permite chequeos al azar. Son particularmente efectivos para mantener armas fuera de los eventos que tienen lugar en espacios cerrados. Otras medidas de tecnología sofisticada incluyen sistemas con identificación fotográfica, las que pueden ser relacionadas con las bases de datos de los colegios y cámaras de seguridad.


Las cámaras de seguridad y en general cualquier tipo de tecnología no son substitutos de los seres humanos, incrementar la supervisión mediante el aumento de personal de seguridad es otra opción. La seguridad puede también ser mejorada con medidas que no involucran ningún costo, tales como cambios de procedimientos, planeando y asignando espacios. Por ejemplo, separar las entradas y salidas de la cafetería reduce la congestión en la hora de almuerzo y también el conflicto potencial entre alumnos. Es importante controlar el acceso a los edificios mediante la limitación del numero de entradas y salidas y estableciendo políticas de visitantes.


¿Como pueden ser cambiadas las actitudes y comportamientos para hacer de los colegios lugares mas seguros?


Identificar estudiantes potencialmente violentos e intervenir antes que se desencadenen problemas graves, se ha vuelto de una alta prioridad.


Normalmente hay típicas características de los estudiantes que mas tarde tienen comportamientos violentos, signos que inmediatamente preceden a una explosión criminal. Los estudiantes como los padres pueden hacer su aporte, ayudando al personal, al estar mas conscientes de los signos de advertencia -para luego reportarlos, ya sea directamente al colegio o mediante llamadas anónimas a las lineas de emergencia que pueden prevenir futuras tragedias.


Sin embargo, se debe tener cuidado de no estigmatizar a estudiantes que parecen encajar en la descripción estándar de delincuentes. Los educadores deben considerar los signos de advertencia en contexto, evitar los estereotipos y etiquetamientos, las sospechas deben ser confidenciales. Políticas con reglas y consecuencias especificas, bien comunicadas y con una consistente aplicación disciplinaria son la base de un clima escolar positivo.


¿Que hay que hacer si fallan las medidas preventivas?


Cada colegio debiera tener un plan escrito para enfrentar crisis, describiendo procedimientos para responder a un amplio campo de posibles problemas, incluyendo desastres naturales, amenazas de bombas, homicidios y situaciones donde se tomen rehenes.


El plan debiera designar a individuos para responsabilizarse por tareas especificas si la crisis ocurre, estableciendo procedimientos de comunicación entre el personal del colegio y los padres, agencias comunitarias y los medios de comunicación. Se recomienda que al menos dos personas debieran ser asignadas para coordinar cada tarea relacionada con la crisis y que cada sala de clases tenga dos medios de comunicarse con la oficina, tales como un sistema de intercomunicadores y un teléfono celular o walkie-talkies.


Al idear el plan, los colegios debieran coordinarse con la policía, bomberos, asistencia médica y otros servicios y determinar que recursos existen a nivel local, estatal y federal para obtener ayuda en la crisis misma y con posterioridad a ella. La información explicando el plan debiera ser distribuida a todos los miembros de la comunidad escolar y todo el personal del colegio debiera recibir entrenamiento de crisis. Estudiantes y profesores debieran practicar evacuaciones y otros procedimientos tan rutinarios como los ejercicios para incendios.


Ni siquiera los esfuerzos mas exhaustivos pueden convertir a los colegios en lugares completamente seguros, pero los administradores pueden reducir la posibilidad de que ocurran crímenes y violencia y disminuir su impacto tomando medidas preventivas y preparando respuestas efectivas.

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